La palabra cantera es una de las más pisoteadas y ultrajadas en el fútbol. Cada vez que surge algún presidente o director deportivo nuevo, esa palabra aparece en el discurso. El principal problema es que mayoritariamente se pronuncia esa palabra pero apenas se conjuga en condiciones. No se ejecuta ni hay plan.
La cantera hay que trabajarla e imponerla. Lo de hablar sobra, los padres y jugadores quieren hechos. El entrenador de turno se fija en el corto plazo, no mira más allá, lo que repercute negativamente en el club. Y eso ocurre porque nadie hace nada, nadie de los que mandan en el club pide explicaciones ni dirige una línea de trabajo enfocada a las bases.
La cantera es una filosofía vital para clubes modestos. Sporting de Gijón y Las Palmas han salido adelante de sus crisis económicas gracias a la cantera, por la que han apostado históricamente, por citar dos ejemplos clamorosos. Tampoco hace falta hablar de la era Guardiola en el Barça.
Reinar en las clasificaciones de las categorías inferiores es una obligación para los clubes con solera y con más capacidad, pero debería ser más obligatorio proteger a los jugadores que valen. Sí, esos que no ven preocupación alguna respecto a ellos o sus compañeros y se van corriendo en cuanto huelen una pizca de cariño y proyección de carrera.
En el Real Murcia se han comido los descartes de canteras del Athletic, Valencia, Osasuna, Atlético, etc. Lo que no le vale a otros, se lo zampan en Nueva Condomina… y mientras todo el que vale se va al Villarreal, al Real Madrid y compañía. Pregunto: no será mejor apostar por esos jóvenes valores, meterlos en dinámica del Juvenil A, Imperial o primer equipo, que se sientan de verdad queridos y no se vayan a las primeras de cambio. Puedes tener la mejor captación de talentos pero eso colisiona con la realidad: no se le da bola a la cantera.
Lo que se encuentran aquí son promesas incumplidas, no saber ni dónde van a entrenar y pasotismo en el club. Solo encuentran comprensión en sus compañeros y en su míster. Y en las decenas de ojeadores que les prometen un futuro mejor mientras nadie del club les mima. El último caso fue el de Youness. El chico se vio sin cobrar y sin que le cumplieran lo prometido, así que hizo las maletas y al Almería, y encima gratis.
Como es de costumbre se irán de las categorías inferiores del Real Murcia varios jugadores ante el panorama que aquí se huelen. El Juvenil A hizo una extraordinaria primera vuelta pero acabó quinto, otra temporada de las de siempre (sin restar méritos a los zagales). Ojo que el Juvenil A del Real Murcia tiene un palmarés, que no es un equipico sin trayectoria y con una pléyade gigantesca de internacionales juveniles a sus espaldas. Se sigue sin reinar en Liga Nacional y se perdió la jerarquía en las máximas categorías de cadetes e infantiles. Obviemos las clasificaciones… ¿cuántos jugadores acaban en el primer equipo? ¿Qué jugadores del Imperial suenan para la primera plantilla? Pues resulta que el Imperial ha firmado la peor temporada que se recuerda y el postizo del supuesto ‘C’ (colista de Preferente) va camino de bajar a Primera Regional… ¿Sabemos ya qué jugadores del Juvenil A van a hacer la pretemporada sí o sí, esté el entrenador que esté, con el primer equipo? Olé esa cantera.
Hace poquito de los Isi, Carrillo, Arturo, Simón Ballester, Gregorio Sierra y Juanma Bravo, fruto de la herencia de gente enferma (en el buenísimo sentido) de las bases como Chuti Molina, Paco Jiménez, Mapeka y Pucho Escudero. Curiosamente esa hornada llega de la época con menos presupuesto, si no hay dinero se tira de cantera, no falla. Para que vuelva a ocurrir algo así debe existir una estructura técnica preparada, avalada por una filosofía de club. El cariño y el entusiasmo suman, pero la sabiduría deportiva está mucho más cara. O se apuesta por un modelo de cantera claro o se seguirá siendo un club sin identidad y que va de comparsa. Y la Ciudad Deportiva ni está ni se la espera, cuando es lo más importante para cualquier club que pretenda tener peso en el fútbol. Todo lo que se invierta en cantera (director de cantera, entrenadores de base, ojeadores, etc) es poco. POCO.
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