En A Malata empezó una de las etapas más duras de la ya de por sí truculenta historia del Real Murcia. Un descenso en los despachos acabó con el club desterrado al Grupo I de la Segunda División B, y fue el Racing Club Ferrol, otro equipo que ve a lo lejos sus mejores años, el encargado de abrir las puertas de la jaula.
Porque eso es la Segunda División B: una jaula que solo deja escapar a cuatro equipos cada doce meses. Aquel primer proyecto del Real Murcia, construido en pocas semanas, se cimentó en el espíritu de lucha, el tesón y la ilusión irreductible de su afición, su entrenador y un grupo de jugadores comandados por José Luis Acciari. Pero no fue suficiente.
Hoy, en el arranque de la cuarta temporada después de Tebas, el Real Murcia se ha vuelto a enfrentar al conjunto ferrolano. Lo ha hecho como un equipo de altos vuelos, que amenaza con imponer su ley ante cualquier rival de la categoría. El contraste no ha podido ser más marcado.
Un plan B competitivo
El Real Murcia formó con un esquema de juego 1-4-3-3. Con un solo jugador en el once entre los que salieron de inicio en el partido del pasado domingo, ante el CD El Ejido, el equipo de Manolo Sanlúcar se mostró competitivo y muy superior a un rival que aspira al ascenso de categoría. La novedad más destacada fue la presencia de Xiscu en el lateral izquierdo, que se confirmó como una alternativa valida a Forniés ante la escasez de efectivos en defensa.
Buena presión colectiva, jugadores poco propicios
Los primeros 45 minutos pusieron sobre el tapete la superioridad del conjunto grana, que se cimentó en la presión en campo contrario. Una de las señas de identidad del flamante entrenador pimentonero parece cada vez más engrasada: los jugadores saben dónde acudir, en qué momento es propicio apretar y en qué momento dar un paso atrás.
Así se lograron establecer posesiones en campo rival, recuperando el balón con rapidez y escondiéndolo gracias a la precisión de Llorente, Carnicer y Jordan. Especialmente destacable fue la actuación del ex del Toledo, que partiendo desde la banda izquierda fue capaz de acudir a zonas interiores –generando superioridad ante el medio campo rival- y ser incisivo cuando la jugada lo requería. Un jugador que domina ambas piernas y es capaz de aportar en muchas facetas del juego.
Sin embargo, la buena disposición táctica del equipo se vio ocasionalmente trastocada por la falta de físico en el medio campo. Carnicer y Llorente, jugadores muy dotados en otros aspectos, no cuentan con la energía de Armando ni con la pericia al corte de David Sánchez. Esa fue la única vía de agua que los ferrolanos encontraron para tomar aire y asomarse al área de Santomé, sin excesivo peligro en cualquier caso.
Mateos, un arma en el balón parado
David Mateos llegó al Real Murcia, entre otras cosas, para aportar su poderío en el juego aéreo. Central de altura –supera el 1,90- es un seguro en la estrategia defensiva y un arma en la ofensiva. Así, tras avisar en una primera ocasión, llegó el primer gol de la noche. El ex madridista peinó un balón en el primer palo que Álex Ortiz, su compañero en el centro de la zaga, empujó al fondo de las mallas.
Una segunda parte para disfrutar
La entrada al campo de David Sánchez, que se produjo al poco de iniciarse la segunda mitad, terminó de afinar la presión pimentonera. Así, tras un robo en campo rival del andaluz, llegó el segundo gol de la tarde: Elady Zorrilla –que disfrutó con espacios- quebró a su defensor y batió al guardameta ferrolano. La afición se vino arriba. Manolo Sanlúcar, por su parte, olió sangre y ordenó la entrada en el campo del que, de nuevo, se convirtió en el hombre del partido: Víctor Curto.
Gonzalo asusta, Curto castiga
Con el partido dominado y sin visos de complicarse, un error en salida –que cogió mal colocado al guardameta pimentonero, Santomé- fue aprovechado por Gonzalo para elevar el balón desde 30 metros y firmar el 2-1 en el marcador. Un gol de muy bella factura, que llevó el miedo a la grada condominera.
Pero Víctor Curto no conoce el miedo. Cuando su equipo dudaba, en ese momento en el que la presión y el murmullo atenaza a los más débiles, él cerró el partido con dos acciones individuales. Primero corrió al espacio para, picando el balón con suavidad, aprovechar la salida de Franco y sentenciar la eliminatoria. El éxtasis llegó cuando, poco después, anotó un gol escandaloso. Una vaselina imposible desde dentro del área que obligó al conjunto gallego a rendir las armas y a la hinchada pimentonera a corear su nombre hasta rasgarse la garganta. Hay un nuevo ídolo en Nueva Condomina.
El Real Murcia espera a su rival en la próxima ronda. Lo hace con la vista puesta -es inevitable- en lo que espera tras ese último escollo: un contrincante de competición europea, que sería a la vez un desahogo para las maltrechas arcas del Real Murcia, un premio para sus profesionales y un chute de ilusión para una afición que, ahora sí, mira esperanzada lo que está por venir en la temporada 2017/2018.
PD1: Álex Ortiz ejerció de capitán ante la ausencia en el once inicial de Amando, David Sánchez y Víctor Curto.
PD2: Fede Vega, en la primera parte, y David Mateos, en la segunda, tuvieron que ser sustituidos por lesión.
PD3: El canterano Juanma Bravo ocupó la posición de defensa central tras la salida de Mateos, rindiendo a muy buen nivel.
PD4: Pese a la floja entrada, la hinchada murcianista se hizo notar. La animación fue constante e intensa en determinados tramos. Además se animó a Chamorro por su brega y lucha,
PD5: El próximo viernes, día 7 de septiembre, se llevará a cabo el sorteo de dieciseisavos de la tercera ronda de la Copa del Rey.