Hay ocasiones en las que una derrota, incluso una derrota abultada, puede dejar un buen sabor de boca. El Real Murcia llegaba al encuentro frente al FC Barcelona en una situación dramática, ocupando un puesto de promoción de descenso a Tercera División, con apenas 48 horas de descanso desde el partido del fin de semana –que llevó aparejado un largo viaje hasta la provincia de Cádiz- y diezmado por las lesiones de algunos de sus mejores jugadores. Difícil afrontar un encuentro de tal dificultad en una peor situación anímica.
La respuesta, sin embargo, estuvo por encima de lo esperado. Salmerón apostó por colocar al defensor David Mateos como medio centro, por delante de la línea de centrales, y a un extremo veloz –Elady Zorrilla- en la punta de ataque. El plan era claro: replegarse, juntar líneas y salir hacia la portería de Cillessen en cuanto existiese la oportunidad.
Enfrente un FC Barcelona que pese a no contar con Luis Suarez o Lionel Messi, alineó en el once titular a 9 internacionales absolutos. El mérito de los primeros cuarenta y cinco minutos del conjunto pimentonero, por tanto, es indiscutible. Y es que en la mitad inicial del partido la imagen del Real Murcia fue extraordinaria y muy sorprendente. Apenas concedió ocasiones y, lejos de conformarse con eso, pudo abrir el marcador en dos claras ocasiones marradas por Orfila y Llorente.
Pero, como se suele decir, el que perdona lo termina pagando. El FC Barcelona, que sufría tras cada pérdida y no era capaz de poner en verdaderos aprietos al joven Santomé, se adelantó en el marcador en el minuto 43. Lo hizo tras un preciso centro de Deulofeu que Paco Alcácer aprovechó para rematar de cabeza e inaugurar su cuenta goleadora de la temporada 2017-2018.
Sin gasolina ni acierto en la segunda mitad
En la segunda mitad el FC Barcelona cerró definitivamente la eliminatoria. La falta de gasolina del conjunto pimentonero –que comenzó a pagar el escaso descanso desde el domingo y el esfuerzo de la primera parte- y el extraordinario talento de los jugadores barcelonistas, inclinaron la balanza hacia el lado catalán.
Fue Gerard Deulofeu, en excelente jugada individual, el que puso el 0-2 en el marcador al poco de volver de vestuarios. Poco después, José Arnáiz entregó su carta de presentación en el primer equipo culé. Un potente derechazo del debutante cerró la cuenta de la noche.
El Real Murcia supo no perderle la cara al partido a partir de entonces cuando, con más de media hora por delante, muchos se temían una goleada histórica. No solo se evitó, sino que tanto Salva Chamorro como el mejor futbolista pimentonero de la noche –Elady Zorrilla- pudieron acortar distancias. El guardameta de la selección holandesa lo evitó en ambas ocasiones.
Una noche en la que los brotes verdes permiten mirar con optimismo al partido del próximo domingo, frente al Granada B. El verdaderamente importante. El que debería permitir al Real Murcia ponerse en la senda de la victoria y salir de la delicada situación en la que un inicio inaceptable le ha situado.
PD1: Antonio Escribano, defensa del Imperial, debutó en competición oficial con el Real Murcia.
PD2: La cifra oficial de asistencia fue de 16.197, aunque la impresión general era de que superaban los 24.000.