Las últimas semanas que se están viviendo en el Real Murcia son bochornosas. Aficionados, periodistas y políticos asisten perplejos a un carrusel de noticias que sacude los cimientos del club día a día. Raúl Moro y Mauricio García de la Vega mantienen que son los dueños del club, se han producido varios despidos, el consejo actúa dividido, hay amenazas constantes entre los protagonistas y aparecen posibles inversores en el horizonte y rumores de impugnar la junta de accionistas del 11 de abril. Los pagos no se solucionan y la situación institucional es un caos.
Si el empresario extremeño y el mexicano llevan a los juzgados su conflicto, el Real Murcia entrará en una situación de colapso en la que ningún inversor de los que están interesados entrará para gestionar el club. Por eso todavía no hay una denuncia en los juzgados y sí muchos amagos y amenazas de demandas. Mauricio y Raúl no tienen liquidez y están embarcados en una guerra que daña claramente los intereses del Real Murcia.