La situación financiera del Real Murcia es crítica. El consejo de administración no da abasto para ir apagando los fuegos que de manera incesante surgen alrededor de la maltrecha economía grana. Cuando no es un aval federativo, es un pago para desbloquear fichajes, es la cuenta atrás del reconvenio y del cierre de cuentas anual o uno de los numerosos embargos que se han tenido que enfrentar.
Así las cosas y yendo tan mal la ampliación de capital, el club ha pedido auxilio a la CROEM, que preside José María Albarracín, un veteranísimo abonado del Real Murcia que mamó el amor grana gracias a su padre, otro fiel seguidor murcianista. Se pretende que desde el tejido empresarial de la Región se sea sensible al momento clave que vive la casi centenaria entidad y desde la CROEM ayudarán a que se dé difusión a las vías de colaboración existentes para que el Real Murcia reciba capital de las empresas regionales.