Imágenes imponentes. La plantilla, los empleados, directivos, aficionados y todos los escalafones inferiores del Real Murcia acudieron a la Catedral de Murcia para realizar la ofrenda floral a la patrona de la ciudad. Este acto era una tradición en el club que se fue quebrando en la era samperiana por la desidia que reinaba en la entidad pimentonera. La nueva directiva dio una lección de cómo se ha de gestionar un acto social de este tipo, como ocurrió con el homenaje a Patricio Pelegrín. Con cariño y dedicación las cosas salen bien, como fue el caso de esta ofrenda floral comandada por el nuevo capellán Antonio Carpena.