La ampliación de capital del Real Murcia ha sido un 'parto' muy complicado. En primer lugar porque una parte del consejo la consideraba inútil y hubo momentos en los que parecía que no iba a sacarse adelante. No obstante, la Asociación de Accionistas Minoritarios luchó lo indecible para que se pusiera en marcha y se vivieron momentos de mucha tensión en el consejo de administración, algo muy habitual en esta directiva de transición.
Una vez que se puso en marcha los resultados apuntaban a un fracaso total. Sin embargo, la llegada de Raúl Moro Martín aportando 400.000 euros ha sido clave para que por fin el Real Murcia cambie de manos y se acabe una era negra en la historia del club. De los 177.000 euros restantes, Tornel ha puesto 51.000 euros, 20.000 euros la empresa Gecko Electronics (propiedad de Wang Xiaou) y dos chinos han puesto 15.000 euros respectivamente y 10.000 euros la empresa Cool Accesorios. Es decir, que la afición ha puesto 54.000 euros, una cantidad muy baja. El consejo no pudo poner precios de acciones más bajos debido a que no se podía tocar el plan de Samper que puso a la acción a 100 euros. Tampoco ayudó la nula promoción que se hizo de la ampliación de capital, algo que no se entiende teniendo en cuenta la delicada situación del club, necesitado de un cambio de dueño. Al final de las 50.000 acciones puestas a la venta solo se compraron 5.658 acciones.
La operación para la entrada de Raúl Moro se llevó con sigilo y seriedad, algo que brilló por su ausencia en negociaciones anteriores con otros interesados. Hay malestar entre varios consejeros por la falta de cooperación del gerente cuando se le demandó información que no facilitó y que era importante para la gestión de la entrada del empresario cacereño que ya es el segundo máximo accionista del club (con un 11,2% de las acciones).
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