Los 130 aficionados que se desplazaron en autobús a Pontevedra tuvieron premio a su esfuerzo y valentía. Su Real Murcia les regaló un partidazo y tres goles para ponerle al cuadro gallego muy cuesta arriba la eliminatoria. El hecho de que el duelo fuera televisado no les restó energías para lanzarse a la aventura de recorrer tantos kilómetros. Ellos también tienen un trocito de mérito en la trabajada victoria de los jugadores de Vicente Mir.