Gol del Murcia

Ese Casio tiene un aspecto flaco y hambriento; piensa demasiado: hombres así son peligrosos (...) ¡Ojalá fuera más gordo! Pero no le temo. No obstante, si mi nombre estuviera sujeto al miedo, no sé de ninguno a quien evitaría tanto como a ese flaco Casio. Lee mucho, es gran observador y penetra el fondo de los actos humanos. No le gustan los juegos, como a ti, Antonio; no escucha música. Pocas veces sonríe, y cuando lo hace, sonríe como si se burlara de si mismo e hiciera mofa de su espíritu, que podría dejarse llevar a sonreír de algo. Los hombres como él no tienen nunca en paz el ánimo mientras miren a alguno más grande que ellos mismos, y son por consiguiente peligrosísimos.

Acosado, rodeado y apestado, así percibo al Real Murcia a día de hoy. Como una carga de la que algunos están deseando deshacerse. Veo en cierta parte de Murcia y de nuestros representantes públicos al hijo ruin y desagradecido para el que, llegado un momento, sus padres no son más que una carga, fuente de problemas y reproches.

Conste, lo primero, que esto no es una petición de fondos públicos destinados al equipo, no creo que deban emplearse en esos menesteres. Ahora bien, como murciano y murcianista si pido un trato equitativo y me sublevo ante el chantaje que, según la información aflorada en las últimas horas, nuestro consistorio está llevando a cabo con el Real Murcia. El mantenimiento del campo a cambio del principal, casi el único patrimonio del club: la exclusividad de uso de Nueva Condomina. O lo que es lo mismo, ofrecerle un mendrugo de pan al sin techo obligándole primero a desvestirse.

Como la memoria es corta hoy quiero echar la vista atrás y poner en valor lo que es el Real Murcia. A algunos les parecerá poca cosa, otros nos enorgullecemos de que el Real Murcia sea el club con más campeoanatos de Segunda División de todas las ligas europeas. De sus campeonatos regionales y levantinos de los años 20 y 30 y de que haya llevado el nombre de nuestra ciudad a la televisión de alcance nacional, incluso al cine, posiblemente más veces y a lo largo de más tiempo que cualquier otra institución de la Región de Murcia. De visitar Turquia, China o Tailandia y que al decir que eres murciano alguien te diga "Real Murcia". De que nos haya brindado la posibilidad de ver en La Condomina y la Nueva Condomina a muchos de los mejores jugadores de todos los tiempos: desde Ricardo Zamora, Garrincha, Telmo Zarra, Ben Barek, Gento, Di Stefano, Kubala o Johan Cruyff a Ronaldinho, Xavi, Zidane, Figo, Eto´o o Lionel Messi.

El fragmento que abre este artículo corresponde al Julio César de William Shakespeare, una de sus más grandes obras -llevada al cine en 1953, con Marlon Brando en el reparto- que narra la conspiración que acabó con la vida del romano más legendario. Hoy el Real Murcia vive rodeado de Casios y Brutos que afilan sus dagas, esperando asestar el golpe definitivo, aguardando sus idus de marzo. "No es que quiera al Murcia menos, es que quiero a Murcia más", alegarán los traidores, antes de que alguien les deje en evidencia recordando lo relatado en el párrafo anterior. Así que, como el César de Shakespeare imploró a su Antonio -"cuídate de esos hombres flacos que duermen mal"- yo te pido hoy, amigo, que no aceptes el chantaje y te cuides de Murcia, Real.