Lunes, 30 Julio 2018
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La trituradora de entrenadores en Segunda B

GDM


Los proyectos son efímeros y hay muy poco crédito para los técnicos.

Los técnicos de fútbol ya tienen asumido que en gran parte de las ocasiones su profesión es una de las más ingratas de este deporte. Cuando los resultados no acompañan suelen ser los primeros sacrificados en la búsqueda de alcanzar los objetivos por otros medios, siendo de esta forma los señalados, aunque en muchas de las oportunidades sea de forma injusta.

 

Es cierto que, al igual que sucede con los múltiples cambios, la fidelidad por un entrenador, a priori tampoco garantiza resultados si no se cuenta con una plantilla de garantías. No hay más que ver que las cuotas de BetStars en la búsqueda de candidatos al descenso para el próximo curso en Segunda División apuntan a Extremadura UD y Rayo Majadahonda, claros exponentes de ambas situaciones con respecto a este asunto de los técnicos.

 

Si esta ya es una tendencia habitual en nuestro fútbol actual, la Segunda División B se lleva la palma en lo que se refiere a cambios de entrenadores. Más de la mitad (52,5%) de los entrenadores de esta categoría fueron sustituidos por sus clubs durante la pasada temporada. Si a estos le añadimos los que perdieron su puesto de trabajo una vez terminada la campaña, resulta que de la cifra de entrenadores que comenzaron el curso 2017-18, tan solo 1 de cada 10 seguirá el frente de su equipo en la temporada 2018-19.

 

El récord en estos ceses ha sido precisamente para el Grupo IV en el que figura el Real Murcia. A lo largo de la temporada han sido nada menos que 19 los cambios de entrenador que han experimentado los equipos que lo conforman. Hasta 12 fueron los conjuntos que terminaron el curso con un técnico distinto del que había comenzado.

 

A la cabeza del baile de entrenadores en la categoría está el UCAM Murcia que ha visto como cuatro técnicos se sentaron en su banquillo durante esta pasada campaña, aunque no muy destacado del Real Murcia que está en el grupo que le sigue con tres. Manolo Sanlúcar solo duró siete encuentros al frente del equipo, en los que dejó un pobre registro de una victoria, cuatro empates y dos derrotas. Eso sí, logró la victoria en los tres partidos que disputó su equipo en la Copa del Rey. Posteriormente fue el técnico del filial Víctor Basadre quien tomara las riendas del grupo de forma interina durante dos jornadas hasta el fichaje de José María Salmerón. Este último logró llevar al equipo a disputar los playoff de ascenso a Segunda pero cayó eliminado en el primer cruce y no fue capaz de alcanzar el objetivo de ascender a la división de plata. Poco después de finalizar la temporada, el almeriense ponía rumbo a Andalucía para firmar como técnico del Real Recreativo de Huelva.

 

En resumidas cuentas, la cuerda siempre se rompe por el punto más débil y hablando de fútbol este no es otro que el entrenador. Por más que se demuestre que los continuos cambios de técnico no garantizan una mejora de los resultados en la mayoría de las ocasiones y sí que contribuyen en buena medida a desestabilizar el grupo, lo cierto es que suelen ser un as de la manga de los directivos para desviar un poco la atención y evitar que los aficionados se vuelvan al palco para mostrar su desacuerdo con la gestión deportiva del club.

 

Sea como fuere y en lo que al Real Murcia respecta, comenzará una nueva campaña en Segunda B y ya son cinco consecutivas, lo que ya es un récord del club en esta categoría. Esperemos que no supere otra marca negativa como es la de permanecer más de seis temporadas sin retornar a la categoría de plata. Ya es hora de hacer las cosas bien para volver al lugar que le corresponde.


Autor: Redacción - @GoldelMurcia
Fotografia: GDM - @GoldelMurcia

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