Se ha infravalorado a Carlos Álvarez. Sí, al igual que sucediera con Kike García. ¿Quién pone en duda que el ahora delantero de la SD Eibar ha sido de los jugadores más importantes de la historia reciente del Real Murcia? Y es que hacer historia no tiene por qué ser el que más goles marca, pero hasta en eso Kike García calló bocas y arrancó elogios: estamos hablando del quinto máximo goleador de la historia del club, igualado con el mito uruguayo Iván Alonso.
Las similitudes con Carlos Álvarez aparecen al ver que se le tachaba de falto de gol, de tener mala puntería, una crítica que también sufrió el de Motilla de Palancar en la 2012/2013, una campaña antes de hacer soñar al murcianismo con la Primera División gracias a sus 23 goles. Hay que remarcar que "el Guaje" llegó con la temporada empezada, procedente de un Leganés en donde es un ídolo gracias a un temporadón en la 2013/2014, en donde anotó 14 goles y llegó al conjunto pepinero a la liga de plata. Otra similitud entre ambos: 2013/2014, posiblemente la mejor temporada de las carreras deportivas de Kike y Carlos.
Pero igual que compartieron críticas en sus inicios, tiempo pasado comparten elogios. Ahora no hay quien discuta a Carlos Álvarez. Acumula 9 goles en 23 partidos y se encuentra a dos del "pichichi" Juanfran, delantero del Villanovense. Pero su presencia va más allá del olfato goleador: su entrega, su conexión con la afición y su carácter fueron claves para, por citar un ejemplo, remontar ante La Hoya Lorca semanas atrás. Se puede decir que el "efecto Carlos Álvarez" favoreció la remontada, alentar a la afición y que sus compañeros se contagiasen.
Un jugador que no ha nacido en Murcia, que no lleva ni dos años en la capital del Segura, pero que parece sentirse un murciano más. Bajó un escalón, firmó con el club pimentonero y trabaja para devolverlo al lugar donde merece. Celebró el gol de Isi en el Rico Pérez como si fuese propio, lloró como un niño la eliminación ante el Hércules en Nueva Condomina. Ahora sonríe con la trayectoria del equipo, sufre con los suyos, celebra con sus compañeros y, cuando no puede estar sobre el verde, se mezcla con la afición pimentonera como un murcianista más.
Carlos Álvarez, más que un delantero. Más que un 9. Un lujo para un Real Murcia en el pozo de la B, una categoría que a Carlos le trae buenos recuerdos... dejándola atrás. ¿Será este el año de repetir hazaña como hiciera en Leganés? Ganas no le faltan.
Comentarios
Cada uno tiene su punto de vista, claro. Eso también es bueno. ¡Un saludo y que Carlos siga así!
Gracias por leer y comentar el artículo, un saludo!