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El escritor murciano Alberto Gallego Ayuso está luchando por publicar una novela sumamente curiosa que se titula 'La muerte de Lionel Messi' (18 euros). Este estudiante de Periodismo apunta maneras y un signo de su vocación periodística es este precioso proyecto literario en el que se ha embarcado. Berto colabora con este periódico digital (firma sus trabajos como Berto Gallego) y queremos apoyarle sin fisuras para que tengamos ese libro en nuestras manos. Su esfuerzo lo merece.
Don Berto, ¿por qué un borracho y deshauciado de la vida como protagonista (Saúl Huertas) de su novela? ¿Tiene algo que ver García de la Puerta?
Admito que Mariano García de la Puerta podría encajar, pero no pensé en él, jajaja. Hay varias razones. El investigador con aires de perdedor y fracasado no es una constante, pero sí muy recurrente en la historia de la novela negra desde el Philip Marlowe de Raymond Chandler. Mario Conde, Kurt Wallander o el más reciente Julio Alsina de nuestro paisano Jerónimo Tristante; ejemplos hay miles. Siempre me han parecido más reales estos personajes, me resulta más fácil empatizar con un tipo gris que ha sufrido derrotas en la vida, que yerra, acierta y tiene tanto vicios como virtudes. El personaje sin mácula que nunca duda de nada, ni de sí mismo, me resulta más lejano, sencillamente porque en mis 26 años no he conocido a nadie que encaje en ese perfil.
La segunda razón es que la novela pretende, más allá del tema que salta a la vista en la sinopsis, reflexionar sobre la soledad, el remordimiento y las maneras de afrontar nuestro pasado, y para ello necesitaba un protagonista con cicatrices en el alma.
Messi en el Real Murcia... acho, eso uno lo lee y tiene que comprarse el libro, ¿no?
Espero que más gente piense así, jaja. Bueno, el papel de Messi no deja de ser circunstancial, pero admito que puede llamar la atención. Una vez me dijeron que para escribir una novela tienes que estar convencido de estar creando el libro que te gustaría leer y que nadie ha escrito todavía, y 'La muerte de Lionel Messi' es algo así para mi.
Cada vez leen menos las nuevas hornadas de periodistas en este mundo del absurdo (y la Limonada) repleto de gente forrándose gracias a jugar a videojuegos en YouTube y a la que le retuitean supinas tonterías. Cuéntenos cómo ha vivido la literatura en su formación como periodista y persona. Puede explayarse.
He tenido la suerte de que me educasen entre libros, de que me enseñasen a disfrutar de la lectura desde pequeño. Creo que ahí está la clave. Yo tenía videoconsola en mi casa, jugaba y la disfrutaba como muchos niños, pero los mundos que me abrieron La isla del tesoro, Miguel Strogoff, Scaramouche, Los tres mosqueteros, Sherlock Holmes o Hércules Poirot, siendo un chaval, no me los abrió ninguna otra cosa. No hay forma de desarrollar la imaginación de un niño como esa. Importancia en mi vida la tiene toda: no disfrutaría de la escritura sin antes haber disfrutado de la lectura.
Hoy, pese a que las posibilidades que ofrece la tecnología son mucho mayores que hace 15 años, creo que sigue dependiendo de los padres. Seguro que tu chaval jugará a videojuegos o con la tablet, pero también tendrá tiempo para los libros. Nada tiene por qué haber cambiado en realidad, porque nada determina tanto como la educación.
¿Qué libros recomienda? Da igual el género o la temática.
Esto siempre me ha parecido muy difícil. Bueno, además de los que cito arriba que me parecen indicados para gente de cualquier edad, ahora mismo se me ocurren Rebelión en la Granja (Orwell), A sangre y fuego (Chaves Nogales), El nombre de la rosa (Umberto Eco) o Los detectives salvajes (Bolaño). Últimamente he disfrutado mucho de Aguacero (Luis Roso), 1969 (Jerónimo Tristante) y, especialmente, de El impostor (Javier Cercas); una novela sin ficción, al estilo de A sangre fría (Capote), que cuenta la historia de un catalán que durante años se hizo pasar por deportado y preso en un campo de concentración nazi. Pocos libros me han hecho reflexionar tanto sobre la condición humana.
Con temática deportiva este año he leído Plomo en los Bolsillos (Ander Izaguirre) y Sed en La Condomina (Luis Manuel Valero), y recomiendo ambos sin miedo a decepcionar.
¿Qué películas ha visto últimamente que le han gustado?
Hace un tiempo que veo menos cine del que me gustaría. Las últimas con las que recuerdo haberme emocionado son 'Un día perfecto', que muestra la guerra en toda su crudeza sin un solo disparo; 'Truman', una historia sobre la amistad y cómo vivir sabiendo que pronto vas a morir; 'La habitación', cuyo arranque me inquietó como pocos; y 'Beasts of No Nation', producción propia de Netflix.
¿Hay tanta basura en el fútbol actual como en su novela?
Y más ¿Qué nos llega de lo que realmente ha habido? La realidad en ocasiones supera a la ficción, y creo que en este caso es así. El fútbol, como cualquier fuente de dinero y poder, atrae a golfos, mangantes, advenedizos y demás espabilados como la mierda atrae a las moscas.
¿Es de los que apoya todo lo murciano o para usted solo está como equipo el Real Murcia?
Me siento muy murciano, muy unido a esta ciudad, a su tradición y a su gente; y también creo sinceramente que tenemos mucha suerte de haber nacido aquí. Siempre me sentiré muy orgulloso de ser murciano. Ahora bien, el murcianismo y la murcianía son cosas diferentes: equipo solo tengo uno. Por tanto, si otro quiere ocupar su lugar no apoyo su causa, ni siquiera siento indiferencia por ella, más bien quiero que pierda hasta en los entrenamientos. Creo que en Gran Canaria pensarán algo parecido del Universidad, y en Oviedo del ACF. Sin sacar las cosas de quicio, y por supuesto respetando lo que sienta cada uno, esa es mi postura.
¿Qué le pareció que se cargaran a Aira con la promoción a la vuelta de la esquina?
No creo que el resultado hubiese sido diferente de haberle dado continuidad. He visto muchos equipos entrar en esa dinámica, pocos salir y ninguno sin previamente haber cambiado algo. Obviamente comprendo que muchos no lo entendiesen, porque veían a Aira como el abanderado del proyecto a largo plazo que este equipo necesita. Yo creo que José Manuel, al que respeto porque es un buen profesional y una persona honrada, no era el indicado para ello. Paco García sí.
¿Qué jugador te está gustando más de esta temporada?
Es muy pronto para hacer juicios, pero Roberto Alarcón está confirmando lo que mostró en el Imperial hace dos temporadas: es un jugador que aporta muchas cosas tanto en el trabajo defensivo como a nivel combinativo; y además llega a gol y tiene muy buena zurda. En la temporada 2014/2015 vi unos cuantos partidos del filial trabajando para Gol del Murcia, como sabes, y la verdad es que me extrañó su cesión del pasado verano.
Javi Saura, Diego Benito y Diego Ribas me parecen jugadores que a nivel técnico están por encima de la media de la categoría, y que entroncan a la perfección con la idea que quiere implantar Paco García.
¿Por qué decidió ambientar la trama en Murcia?
Es una cuestión práctica, más que nada. Considero que para ambientar una novela hay que empaparse del lugar en primera persona, hay que saber cómo huele, cómo es su gente, conocer rincones, bares, pueblos, su historia y sus peculiaridades. He podido viajar bastante, pero no creo que conozca ningún lugar, Murcia aparte, con la profundidad necesaria como para hacerlo.
¿Cómo se puede apoyar su publicación?
¿Se ha publicado más novela negra de este corte?
Sí, hay bastantes ejemplos, pero solo de un tiempo a esta parte. Quizá la literatura siempre ha mirado con cierto desprecio intelectualoide al fútbol y todo lo que le rodea, como si no fuese más que pasto para un rebaño embrutecido, por eso fue muy raro ver novelas de este corte, pero es algo que afortunadamente ha cambiado. Las cuatro torres (Leandro Pérez) o El último milagro (Horacio Convertini), son buenos ejemplos.
¿Qué significa para usted el Real Murcia?
Ser del Real Murcia me ha enseñado muchas lecciones valiosas de incondicionalidad, lealtad, amistad y generosidad. Dijo Faulkner -Javier Cercas insiste mucho en ello en la novela de la que hemos hablado- que "el pasado no está muerto, ni siquiera es pasado" ¿Qué significa el Real Murcia para mi? Un orgullo moldeado durante casi un siglo por mis padres, mis abuelos y los de miles de murcianistas. El conjunto de los llantos, los abrazos, las risas, los viajes, las noches sin dormir y las noches de fiesta que han provocado sus triunfos y malandanzas. 97 años de lo que somos, por encima de cualquier otra cosa: sentimiento. El Real Murcia es lo que es porque tiene un pasado que siempre estará ahí.
